psiquiatra quito

Dra. Viviana Villena Morales

CELOS PATOLÓGICOS

Los celos patológicos se encuentran en general, la vejez y la psiquiatría forense, y los médicos de cada especialidad deben estar familiarizados con su reconocimiento y manejo. Además de los asuntos clínicos, el tema del riesgo para el paciente y otros es prominente en la consideración de los celos mórbidos. A veces se requiere hospitalización, el uso de la admisión obligatoria no es infrecuente y en ocasiones se justifica el tratamiento en entornos seguros. Esta revisión aborda la naturaleza de los celos mórbidos, su psicopatología, problemas de diagnóstico, asociaciones, riesgos y manejo.

Los celos son una emoción común, compleja y «normal». El Oxford English Dictionary define la palabra celoso como «sentir o mostrar resentimiento hacia una persona que uno considera rival». Esta definición indica que la creencia en la presencia de rivalidad es el tema clave, y que si tal rivalidad existe realmente es menos importante. Los celos dentro de una relación sexual tienen claras ventajas en términos evolutivos: un comportamiento que asegura la posesión absoluta y exclusiva de una pareja permite la propagación de los propios genes a expensas de los de un verdadero rival (Daly et al, 1982). Sin embargo, cuando la creencia en la rivalidad es errónea, se puede perder mucho tiempo y esfuerzo intentando eliminar una falsa amenaza.

Los celos mórbidos describen una gama de pensamientos y emociones irracionales, junto con comportamientos inaceptables o extremos asociados, en los que el tema dominante es la preocupación por la infidelidad sexual de la pareja basada en pruebas infundadas (Cobb, 1979). Es de destacar que las personas pueden sufrir de celos mórbidos incluso cuando su pareja le está siendo infiel, siempre que la evidencia que citan por infidelidad sea incorrecta y la respuesta a dicha evidencia por parte del acusador sea excesiva o irracional. Las personas sanas se ponen celosas solo en respuesta a pruebas firmes, están preparadas para modificar sus creencias y reacciones a medida que se dispone de nueva información y perciben un solo rival. Por el contrario, los individuos con celos mórbidos interpretan pruebas concluyentes de infidelidad a partir de sucesos irrelevantes, se niegan a cambiar sus creencias incluso frente a información contradictoria y tienden a acusar a la pareja de infidelidad con muchos otros.

En el uso popular, los celos mórbidos se han denominado el «síndrome de Otelo», en referencia a los celos irracionales del Otelo de Shakespeare (Todd y Dewhurst, 1955). Esto es engañoso, ya que sugiere que los celos mórbidos son un síndrome unitario. Evidentemente, este no es el caso, y los celos mórbidos deben considerarse un término descriptivo para el resultado de una serie de psicopatologías dentro de diagnósticos psiquiátricos separados.

 

Epidemiología


Se desconoce la prevalencia de los celos mórbidos, ya que no existe una encuesta comunitaria. Se ha considerado una entidad poco común (Enoch y Trethowan, 1979), pero la mayoría de los médicos en ejercicio la encuentran con frecuencia. Pueden pasar por alto los casos que se presentan con otras psicopatologías dominantes y nunca verán aquellos casos que no resulten en una derivación psiquiátrica.

En una muestra de 20 casos de celos delirantes estudiados en California, Silva et al (1998) encontraron que la edad promedio de inicio de la psicosis era de 28 años y que los celos delirantes comenzaban un promedio de 10 años después. El paciente de mayor edad tenía 77 años. De los 20 individuos, 19 eran hombres. El ochenta por ciento de la muestra estaban casados ​​y vivían con sus cónyuges. La etnia de la muestra reflejó la etnia de la población, por lo que no se observó correlación entre la etnia y los celos delirantes.

No se dispone de estadísticas sobre prevalencia geográfica y etnia, aunque autores europeos, norteamericanos y australianos han publicado artículos científicos sobre los celos mórbidos. Bhugra (1993) sugiere que hay sociedades menos propensas a los celos porque no valoran la propiedad exclusiva de una pareja.